Mezquita de Córdoba:
La Mezquita Catedral de Córdoba (Patrimonio de la Humanidad desde 1984) es el monumento más importante de todo el Occidente islámico y uno de los más asombrosos del mundo. En su historia se resume la evolución completa del estilo omeya en España, además de los estilos gótico, renacentista y barroco de la construcción cristiana.
Alcázar de los Reyes Cristianos:
El Alcázar de los Reyes Cristianos, fortaleza y palacio de sólidos muros, encierra en su interior gran parte de la evolución arquitectónica de Córdoba. Restos romanos y visigodos conviven con los de origen árabe en este majestuoso solar, ya que fue lugar predilecto de los distintos gobernantes de la ciudad. Cuando en 1236 Córdoba es conquistada por Fernando III el Santo, el edificio, que formaba parte del antiguo Palacio Califal, estaba totalmente asolado. Alfonso X el Sabio comienza su restauración, completada durante el reinado de Alfonso XI. A lo largo de la Historia se le ha dado múltiples usos, como Sede del Santo Oficio (Inquisición), o cárcel (en la primera mitad del siglo XIX).
Sinagoga:
Única en Andalucía y tercera de las mejor conservadas de época medieval de toda España, la Sinagoga de Córdoba está situada en el barrio de la Judería. Construida entre los años 1314 y 1315 según las inscripciones halladas en el edificio, sirvió de templo hasta la definitiva expulsión judía. A través del patio se accede a un pequeño vestíbulo. A la derecha de éste suben las escaleras que dan acceso a la zona femenina. Al frente se abre la estancia principal. De planta cuadrangular, se encuentra decorada con atauriques mudéjares. El muro que soporta la tribuna de las mujeres se abre con tres arcos ornamentados con yeserías de gran belleza. En 1492 los judíos son expulsados, utilizándose el templo como hospital, siendo después ermita de San Crispín y, por último, escuela infantil. A finales del siglo XIX es declarada Monumento Nacional.
Caballerizas:
En 1570, Felipe II dio rienda suelta a su afición por los caballos y a su proyecto de crear el pura raza español. Para ello mando construir las Caballerizas Reales de Córdoba en una parte del solar del Alcázar. Comparte con la fortaleza real el marcado carácter militar. En este atractivo edificio se crió el caballo español, también llamado andaluz, de ascendencia árabe. La estancia principal, cuya cubierta de bóveda de arista es soportada por columnas de piedra arenisca, está dividida en pequeñas cuadras o boxes.
Puente Romano:
El conjunto de la Mezquita Catedral, el río, la Puerta del Puente y el mismo Puente Romano de Córdoba, conforman una de las vistas más exquisitas de la ciudad, máxime aún si se visita al atardecer, en esa hora incierta en la que los últimos rayos de sol doran las superficies. El citado puente, levantado en el siglo I a. C., ha sufrido varias remodelaciones a lo largo de la Historia. La estructura principal data del medievo, siendo la intervención más reciente de 1876. Consta de dieciséis arcos, cuatro apuntados y el resto de medio punto. En el centro del antepecho se erige una escultura de San Rafael, obra del siglo XVI, realizada por Bernabé Gómez del Río.
Estos impresionantes monumentos datan del segundo cuarto del siglo I d.C. Reconstruido uno de ellos completamente y parte del segundo, los Mausoleos Romanos de Córdoba son las construcciones funerarias romanas más importantes de la ciudad. Su estructura cilíndrica y sus grandes dimensiones, así como su disposición a la entrada de la ciudad junto a la principal vía Corduba-Híspalis, nos permite asegurar el carácter acomodado de las familias para las que se construyeron. Debido a lo inusual de su tipología en la península, pudo haber sido diseñado por un arquitecto itálico, tomando como referencia otros mausoleos de la capital imperial. Los mausoleos fueron descubiertos en 1993 durante la realización de unas catas arqueológicas. Hoy en día puede verse, concertando previamente una visita, su interior, donde se ha dispuesto el Centro de Interpretación del Mundo Funerario.
Medina Azahara, la fastuosa y misteriosa ciudad que Abd-al Rahman III mandó construir a los pies de Sierra Morena, a ocho kilómetros de Córdoba capital, encierra, incluso en su nombre, historias legendarias. La tradición popular afirma que, autoproclamado Abd al-Rahman III califa en el 929 d.C., y tras ocho años de reinado, decidió edificar una ciudad palatina en honor a su favorita, Azahara. Sin embargo, recientes estudios aportan fuertes evidencias de la causa que impulsó al califa a fundar Medina Azahara. Una renovada imagen del recién creado Califato Independiente de Occidente, fuerte y poderoso, uno de los mayores reinos medievales de Europa, se acepta como el origen más probable de la nueva Medina.
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